domingo, 28 de febrero de 2010

Son simples gotas de pintura, pero llenan mi lienzo de color.


Tenía la extraña sensación de no poder levantar de nuevo, pero a la vez, el reconfortante pensamiento de que, por lo menos, no volvería a caer. Era uno de esos momentos en los que se cree, que hasta lo posible resulta imposible, en los que la realidad nos miente, y nuestro futuro tiembla a cada paso que damos. Uno de esos momentos, en los que uno cree que ya no es nada, en los que la soledad difumina la poca pintura que queda en el frágil tubo, y que, en la paleta, otras veces tan llena de colores, ya sólo quedan enormes manchas negras.

Entonces, y cuando menos lo esperamos, nos damos cuenta de que, por muy vacío que el tubo se encuentre, siempre podemos hacer un esfuerzo por apretarlo, hasta lograr sacar unas gotas de pintura. Esas gotas, a primera vista insignificantes, son necesarias para hacernos sonreir, suficientes para hacernos vivir la vida más intensamente, aprovechando cada segundo, sacando lo mejor de nosotros mismos.
Gracias a esas gotas, esas mismas gotas que primero desprecié, comprendí que la vida no se aprecia por los grandes acontecimientos o experencias impresionantes que vivimos, sino por los más simples detalles, por esas gotas tan insignificantes que a veces dejamos de lado. También comprendí, que todos estos años me había estado escondiendo bajo una máscara, algo que no era yo, mintiendome a mí misma, y que es por culpa de ese prejuicio, del desprecio por lo pequeño, lo insignificante, como esas gotas de color, que no pude vivir disfrutando, ni disfrutar viviendo.
Son simples gotas de pintura, pero llenan mi lienzo de color.
S.

2 comentarios:

  1. Por cierto mala persona no sabía que hubieses actualizado con esta preciosa foto! Y que sepas que mis uñas son geniales y que yo te sigo y tu a mi no así que fíjese usted en quien es la más educada XD
    tequiero petarda

    ResponderEliminar
  2. esque no se como se hace para seguirte.. :S

    ResponderEliminar